Australia está inmersa en un proceso de renovación de su flota que ha traído trabajo al astillero ferrolano Navantia. De hecho, en el 2007 se le encargó la construcción de dos buques anfibios y el diseño de tres fragatas F-100, con un desembolso total de 1.200 millones de euros.
Para supervisar el desarrollo de la obra y supervisar su ejecución, el Gobierno australiano ha enviado personal civil y militar a Ferrol, a los que se han sumado profesionales de varias empresas que participarán en la obra, como BAE, Raytheon y Saab. Todos ellos, junto a sus familias, integran una delegación de casi 70 personas.
Los dos contratos tienen una importante repercusión para el empleo en Ferrolterra, ya que, sumados a los otros pedidos en curso, garantizan carga de trabajo hasta el año 2014.
Además, la obtención de ambas obras supuso para Navantia un espaldarazo a escala internacional, al haberse impuesto con sus productos al buque anfibio propuesto por el astillero francés Armaris y al destructor del americano Gibbs & Cox.