Varios municipios siguen pendientes de las actuaciones del Plan Galicia

El Ayuntamiento de Camariñas quiere conseguir el polígono industrial que tiene comprometido desde hace años bajo el Plan Galicia para lo que cuenta con el apoyo de los empresarios de la zona.

Por ello, el alcalde de Camariñas va a hacer llegar al Ministerio de Economía las solicitudes de suelo realizadas por los empresarios para que SEA urbanice los 60.000 metros cuadrados previstos en el Plan Galicia.

Camariñas no es el único municipio que está pendiente de las actuaciones del Plan Galicia. Así el Ayuntamiento de Muxía está en una situación parecida.

SEA adquirió en Muxía 18.000 metros cuadrados para el polígono, pero ni el Alcalde ni los empresarios quieren esa ubicación para el polígono, por lo que paralizó la urbanización del mismo. En estos momentos, desde el Ayuntamiento quieren recuperar estos terrenos para uso municipal.

Vivenda paraliza los polígonos industriales de Carnota, Porto do Son, Muxía y Xove-Cervo

Los polígonos industriales que el Plan Galicia preveía construír en Carnota, Porto do Son, Muxía e Xove-Cervo han sido paralizados por la Consellería de Vivenda. De este modo, sólo el polígono de Muros continúa en marcha en las comarcas noiesa y muradana.

La noticia ha encendido la mecha de la indignación en el ejecutivo carnotano, cuyo alcalde, José Oreiro, habla claramente de discriminación hacia los proyectos empresariales previstos en la localidad. La decisión de Vivenda parece firme, pero contra la misma cabe la posibilidad de interponer un recurso contencioso administrativo en el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

En Porto do Son estaba prevista la construcción de un polígono de 311.000 metros cuadrados, pero la falta de una localización adecuada fue demorando el proyecto hasta llegar a este punto, en el que la propia consellería de Vivenda lo anula. En Carnota, el parque previsto era de 50.000 metros cuadrados.

En el caso de Carnota, durante el último año se han sucedido las reuniones entre patronal y portavoces de la corporación sonense con miembros de Vivenda. El Ayuntamiento llegó a sufragar un plan de viabilidad que costó 25.000 euros. Se hicieron numerosos cambios y se buscó el consenso entre los diversos colectivos implicados para sacar la iniciativa adelante. Ahora todo este trabajo parece haber sido en vano, cuando parecían haberse salvado los principales escollos, porque no existe la certeza de que una actuación que se considera fundamental para el futuro del municipio vaya a sacarse adelante.