La Xunta de Galicia cifra el déficit de suelo empresarial en la comarca de Pontevedra, en más de 800.000 metros cuadrados brutos.
El área funcional de Pontevedra, que a afectos de suelo industrial abarca las comarcas de Caldas, O Morrazo, O Salnés y la propia capital, tiene calificados para usos empresariales 1.231 hectáreas, repartidas en 20 polígonos pero en realidad sólo 23% de esa superficie está realmente en funcionamiento, de modo que el suelo existente, en realidad, es de poco más de 287 hectáreas, y buena parte está ya ocupado, con lo que la oferta disponible en venta se limita a poco más de 40 hectáreas.
El polígono pontevedrés de O Campiño es el único lleno por completo, mientras que el resto de la oferta se reparte en recintos como el parque de A Reigosa y la Central de Transportes (ambos en Ponte Caldelas), los polígonos de Campo Lameiro y A Lama, el privado de O Vao, en Pontevedra, el de Barro-Meis y el de Nantes, en Sanxenxo, aún pendientes de obras y servicios básicos.
El Plan Sectorial de Ordenación de Areas Empresariales de Galicia, que promueve el Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS) pone de manifiesto que el déficit de suelo empresarial en la comarca supera los 800.000 metros cuadrados. La demanda se calcula sobre la base de la evolución de las ventas de los últimos años y las necesidades para “realojar empresas ubicadas en lugares inadecuados“.
Con este modelo, se llega a la conclusión de que en el área funcional de Pontevedra se genera un déficit de 491.244 metros cuadrados netos, que se convierten en 807.915 metros de superficie bruta. Este déficit se detecta en todas las comarcas analizadas, si bien las previsiones de nuevos polígonos no se reparten en ellas por igual.
Los parques más viables son los que se promueven en Ponte Caldelas, con la ampliación del de A Reigosa, los de Barro-Meis, el de Fragamoreira, en Poio, y el de A Ran, en Cuntis, donde se trabaja en su regularización. Estas cuatro actuaciones suman algo más de 1,5 millones de metros cuadrados, una cifra que sí permitiría cubrir el déficit detectado en la actualidad, siendo insuficiente para atender la demanda que el IGVS calcula para el año 2024. Para los próximos 10 años se considera que estas comarcas necesitarán de 387 hectáreas de suelo bruto.
Nantes y la ampliación de O Campiño podrían ser las opciones para atender a día de hoy, en el “realojo de actividades industriales existentes” con actividades industriales localizadas en lugares inadecuadas, sea en el interior de las tramas urbanas, en los puertos de Marín y Vilagarcía o en suelo rústico.