El retraso en los polígonos de O Baixo Miño provoca la fuga de empresas

En el 2004 el anterior Conselleiro de Política Territorial, José Cuíñas, anunció que el parque supramunicipal de A Guarda y O Rosal, prometido ya en el Plan Galicia, estaría operativo en el 2004, al igual que el de Tomiño. El retraso podría ser de dos años, puesto que en marzo se publicó el estudio de impacto ambiental y, pendiente del informe sectorial de la Dirección Xeral de Urbanismo, el proyecto tiene que ir antes al Consello de la Xunta para después negociar la compra o expropiación de los terrenos que faltan.

El proceso estaría completo antes de fin de año, momento de adjudicar la obra y comenzar los trámites de urbanización de la superficie, 272.891 metros cuadrados. El presupuesto asciende a 7,2 millones de euros.

Este retraso ha hecho que algunas de las empresas que ya habían reservado suelo o estaban pendientes de la puesta en funcionamiento del parque supramunicipal de A Guarda y O Rosal para ampliar sus instalaciones, «han tenido que buscar emplazamientos alternativos en otros polígonos de la zona, como Valença o Portugal». Así lo confirmó ayer el regidor rosaleiro, Jesús María Fernández Portela y lo ratificaba la presidenta de la Federación de Empresarios de O Baixo Miño, Carmen García.

En ese grupo estarían empresas como Coballes, que trasladó su actividad al polígono luso de A Granxa u otra de frutas que emigró al de Areas de Tui. Anteriormente incluso empresas de Vigo se trasladaron a Valença.